LOS
BANCOS DE ALIMENTOS EN MÉXICO
Martha Gabriela Bayardo Ramírez
Un tercio
de los alimentos producidos para consumo humano se desperdicia cada año, según
estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación
el desperdicio se extiende desde las plantas de cultivo,
tiendas, procesamiento, restaurantes, granjas, comercios, cocinas particulares, entre otros;
esto asciende a mil trescientos millones de toneladas sustento para alimentar a
tres mil millones de personas.
En términos generales la experiencia
mundial nos permite observar que el problema del hambre no es propiamente la
producción de alimentos, sino la distribución de los mismos y el desuso de la cultura gastronómica local, dada la adopción de prácticas de monocultivos o del consumo de alimentos industrializados de forma indiscriminada.
En la distribución de alimentos el papel
que desempeñan los bancos de alimentos en cualquier lugar del mundo -que en
algunos de los casos transciende las fronteras del país en que operan dichas
instituciones- tiene un sentido de organización social para luchar contra la
pobreza alimentaria, haciendo una tarea de redistribución de alimentos.
Los bancos
de alimentos buscan apoyar a la población más desprotegida con el abasto de
productos alimenticios, sin ningún ánimo de lucro, basadas en el voluntariado,
cuyo objetivo es recuperar los excedentes alimenticios de nuestra sociedad para
canalizarlos hacia las personas necesitadas que puedan aprovecharlos, evitando
así cualquier desperdicio o mal uso de los mismos. Esto se logra mediante la
recolección y entrega de donativos en especie de las instituciones inscritas en
estos programas.
En
México 11.5 millones de la población viven en pobreza extrema, esto significa
que dicha población no puede ejercer el derecho a acceder a alimentos adecuados
a su cultura gastronómica como fruto de su trabajo, pero también en nuestro país
se
desperdician 10 mil toneladas de alimentos al año, señala el Secretario del
Grupo Técnico de Pérdidas y Merma de Alimentos de la Cruzada Nacional Contra el
Hambre,[1] asimismo
la FAO afirma que en nuestro país se pierde
en promedio el 37 por ciento de los alimentos, con lo que se podría alimentar a
más de 7 millones de personas.[2]
Los anteriores datos resultan
importantes en varios sentidos, en términos del binomio: desarrollo del país-desarrollo
personal de la población, se puede concluir que nuestro país no cuenta con la
contribución del potencial y los recursos humanos que pudiera aportar millones
de personas para el desarrollo de nuestro país. El desarrollo de nuestro país
se fuga a través de cada persona que sufre el dolor de la falta de acceso a los
satisfactores de necesidades básicas.
En México
el problema de la falta de alimentos se manifiesta paradójicamente desde los
productores de alimentos en el ámbito rural, pues las políticas del campo y los esfuerzos del gobierno no
han logrado responder al contexto especifico de cada situación, los apoyos y
programas son por un lado estandarizados y generalizados gastando la mayoría de
las veces recursos que pueden ser valiosos si se logra diseñar programas adecuados
a situaciones locales, ya que el problema del hambre que se sufre a nivel
nacional no significa que se resuelva de la misma manera en toda la República
Mexicana.
Por otro
lado, las políticas sociales en México han tenido sólo un frente asistencial,
sin considerar como estrategia paralela el desarrollo de una cultura productiva
en dicha población, en donde la educación y el fomento de oportunidades eficientes son
sustanciales para romper el círculo vicioso en el que se ha estantancado nuestro campo.
Resulta evidente que los esfuerzos
hechos por nuestro gobierno no han sido suficientes, ni eficientes para mejorar
la distribución de alimentos, por tal resulta valioso el esfuerzo cotidiano que
hacen los bancos de alimentos para facilitar el acceso a alimentos de la
población que sufre de pobreza alimentaria.
En el
Banco de Alientos de México (Bamx) operan 61 bancos de alimentos asociados a dicha institución, que se identifica por el eslogan: “Sobra más de lo que falta”. [3]
Uno de los
pioneros que ha contribuido de manera relevante en nuestro país para garantizar
las funciones de los bancos de alimentos es Ricardo Bon Echevarría, quien promueve la fundación y
la labor de otros bancos de
alimentos.
Después de otras fundaciones de
dichos bancos, se hizo necesaria la constitución de la Asociación Mexicana de
Banco de Alimentos (AMBA), pero es urgente que el gobierno impulse y
poye el esfuerzo que hacen los bancos de alimentos que operan en nuestro país y
que promueva que se sumen organizaciones del sector privado de manera regulada
y controlada con el objetivo de garantizar que la intención primaria de los
bancos de alimentos se cumpla a cabalidad, bajo el amparo del gobierno mexicano.
Si para
los negocios de alimentos y bebidas existene un cuerpo nomativo y distintivos de higiene e inocuidad, seguridad y
calidad, deberían implementarse también distintivos para aquellos restaurantes que no
desperdician alimentos, instruir y fomentar el uso de la merma
de alimentos en buen estado para hacer otros platillos y donar dichas preparaciones a los bancos de alimentos o por lo menos impulsar el compromiso de los negocios hacer un buen
manejo de residuos de alimentos -el proceso de putrefacción
de la comida genera gas metano, siendo justo ésta el tercer emisor de gases de efecto
invernadero en el mundo lo que provoca contaminación. Otra posibilidad de un buen uso de las mermas que no cumplan con la calidad requerida para el comsumo humano es fomentar la sitematización de procedimientos para hacer compostas que pueden usarse aún en las áreas verdes a nivel
público o privado o para alimento animal, pensando que hay 64 mil hectáreas
agrícolas en el Distrito Federal-.
Si todos sabemos que el esfuerzo hecho por el gobierno es insuficiente e ineficiente por que no
fomentar entre nuestros círculos sociales una cultura de concientización, solidaridad y compromiso de las familiar que tienen la posibilidad de hacer donativos de alimentos que no van
a consumirse en sus hogares, pero que dichos productos tienen todas las condiciones para hacerlo y reforzar el correcto
manejo de los desechos de los hogares.
En
conclusión el problema del hambre en México es un tema que nos compete a todos.
La pobreza alimentaria es la incapacidad que tiene el gobierno y la sociedad en su
conjunto para facilitar que las persona puedan incrementar su nivel de oportunidades que les permita cubrir las necesidades que garantizan una vida digna, por tal los bancos de alimentos son una respuesta solidaria que no
facilitan un nivel de distribución de alimentos de forma más eficiente.
Fuentes electrónicas
Informador.MX, “México desperdicia más de 10 mil toneladas de alimento
al año”, Informador.MX, 2013, en ˂http://www.informador.com.mx/mexico/2013/497074/6/mexico-desperdicia-mas-de-10-mil-toneladas-de-alimentos-al-ano.htm˃.
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura, “América Latina y el Caribe enfrenta sus pérdidas y desperdicios de alimentos”, FAO, en ˂http://www.fao.org/americas/noticias/ver/es/c/288309/˃.
Cítanos:
Bayardo Ramírez, Martha
Gabriela, “Los bancos de alimentos en México”, Sobre los fogones de México,
Distrito Federal, 2015, < http://ungranodefrijolymaiz.blogspot.mx
[1] Informador.MX, “México desperdicia más de 10 mil
toneladas de alimento al año”, Informador.MX, 2013, en ˂http://www.informador.com.mx/mexico/2013/497074/6/mexico-desperdicia-mas-de-10-mil-toneladas-de-alimentos-al-ano.htm˃, (19-Junio-2015).
[2] Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, “América Latina y el Caribe enfrenta
sus pérdidas y desperdicios de alimentos”, FAO, en ˂http://www.fao.org/americas/noticias/ver/es/c/288309/˃, (1-Julio-2015).
[3] La Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA),
fundada en 1995, reúne en la actualidad a 60 bancos en toda la República
Mexicana llevando alimento a los orfanatos, asilos, familias, gente que padece
hambre en el país, trabajo que tiene convenios con instituciones nacionales e
internacionales como Global Food Banking Network y Fare Share Community.
Los
bancos de alimentos operan con un programa autofinanciable a través de cuotas
solicitadas a los beneficiarios por el alimento: un peso por cada kilo de
alimento perecedero y hasta el 10% del valor comercial de los no perecederos. BAMX,
“¿Quiénes Somos?” Bancos de Alimentos de México, en <http://bancosdealimentos.org.mx/> (16-Junio-2015).