lunes, 8 de noviembre de 2021

Insectos comestibles en la Historia natural de Nueva España de Francisco Hernández

 

Insectos comestibles en la Historia natural de Nueva España de Francisco Hernández según la selección y estudio de Cristina Barros y Marcos Buenrostro


Descripciones sobre insectos comestibles en la Historia natural de Nueva España de Francisco Hernández según la selección y estudio de Cristina Barros y Marcos Buenrostro

Nombre según la fuente

Descripciones generales de la variedad de quelites

Del Ahuauhtli o huevos de moscas palustres

[El Ahuauntli] se saca del lago mexicano en gran cantidad cierta sustancia con sabor a pescado llamada Ahuauhtli, parecida a la semilla de adormidera, y que son los huevos de Axayácatl, del que ya hablamos antes. Se recoge echando en el lago, donde las aguas están más agitadas, cables del grueso del brazo o del muslo pero flojamente torcidos, y a las cuales, alborotado y removido, se adhiere; lo arrancan de allí los pescadores y lo guardan en grandes vasijas. Hacen de él tortillas muy parecidas a las de maíz, o las bolas que llaman tamales en la lengua nacional, o dividido en porciones lo guardan envuelto en hojas de mazorca de maíz, para después, en su oportunidad, preparar con él alimentos cociéndolo o tostándolo. Tiene sabor de pescado o como a huevos de los peces mismos, y dicen que es alimento no del todo malo, y que, aunque seco y hogadizo, fortalece el estómago débil y suelto (Barros y Buenrostro, 2007, p. 101). 

Del Ahuihitla o que airea el agua

[El Ahuihitla] es una especie de insecto o de gusano con carapacho duro, del grueso de una pluma de ganso y tres pulgadas de ancho, de color leonado por encima y blanco por debajo; tiene tres patas a cada lado; la cabeza es delgada, un tanto ancha y armada de tenazas. Es alimento bueno y agradable, pero pica con la cola, que está cubierta de costra dura, suele inyectar veneno (Idem).

Del Anéz, insecto lacustre

[El Anéz] un insecto lacustre, crustáceo, pequeño, deprimido, de tres dedos de largo con todo el cuerpo, salvo el vientre, cilíndrico; tiene siete rayas verdes transversales, y tres pares de patas delgadas y largas que son más cortas a medida que están más cerca de la cabeza. Es casi semejante a la cigarra terrestre en cabeza, ojos y toda la forma del cuerpo. Lo comen lo indios como si fueran camarones, y suministran en verdad (pues también lo hemos probado) un alimento parecido (Ibidem, pp. 101-102).

 

Descripciones sobre insectos comestibles en la Historia natural de Nueva España de Francisco Hernández según la selección y estudio de Cristina Barros y Marcos Buenrostro

Nombre según la fuente

Descripciones generales de la variedad de quelites

Del Atetepitz o escarabajo lacustre

[Atetepitz] tomó su nombre de la dureza de su carapacho; se encuentra en los lagos mexicanos, y, como puede verse en su imagen, es muy parecido en forma y tamaño a algunos escarabajos terrestres, y de color negruzco tirando a negro. Es crustáceo y salta con cuatro patas, dos de las cuales nacen en la parte donde otros tienen el ombligo, y cuando queda patas arriba se agita curvándose hacia delante y revolviéndose. Lo comen los indígenas, que, como es propio de los pánfagos, casi no hay cosa que no coman. Proporciona un alimento común, lo mismo que el achichimatli, que es también una especie de escarabajo pequeño y palustre (Ibidem, p. 102). 

Del Atopinan

[Atopinan] parecido a los escarabajos marinos, pero de cuatro pulgadas de largo y dos de ancho, de color pardo y caparazón duro; hace ruido al volar, y suele encontrarse en el lago de México por la noche, entre los juncales lo comen los indios cocido con peces pequeños y yerbas. Es semejante al xopanxcalli y parece pertenecer a las especies de langosta palustre (Idem).

Del Axaxayácatl o mosca palustre que tiene faz acuosa

Es el Axaxayácatl una mosca pequeña y lacustre, cuya cara es de una blancura como de agua, de donde toman el nombre, y que en ciertas épocas se recoge con redes en el lago mexicano tan copiosamente, que machacadas en grandes cantidades y entremezcladas se forman con ellas bolitas, las cuales se venden en los mercados durante todo el año; las cuecen los indios envueltas en hojas de espiga de maíz y en agua nitrada, y constituyen así un alimento bueno, abundante y no desagradable, también alimentan con ellas innumerables especies de aves domésticas, unas mayores y otras menores, pero no he querido detenerme en detalles insignificantes, hablando cosas de más interés que tratar (Idem).  

Abeja sin aguijón

Las abejas sin aguijón [tienen panales] con excelente miel y con numerosas crías o larvas de blancura de perla, que asadas y con sal saben a almendras dulces, y que los indígenas comen ávidamente siempre que encuentran tales enjambres, y no castrando las colmes, sino chupándose con la boca […] (Idem).  


Barros, C. y Buenrostro, M. (2007). La alimentación de los antiguos mexicanos en la historia natural de la Nueva España de Francisco Hernández. México Distrito Federal: Universidad Nacional Autónoma de México.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario