jueves, 14 de agosto de 2014

CHOCOLATE PREHISPÁNICO

IV. EL SERVICIO PREHISPÁNICO DE PREPARACIÓN DE ALIMENTOS Y BEBIDAS FRENTE AL COMENSAL
Martha Gabriela Bayardo Ramírez

La gastronomía es un saber gratuito donde
los haya, porque modifica artificialmente
la relación saber-necesidad de la alimentación.
Sólo se puede reivindicar desde un espíritu lúdico
que implique la misma toma de posición gastronómica.
Manuel Vázquez Montalbán[1]

Continúa: Antes de iniciar el desarrollo del tema quiero confesar mi atrevimiento, ya que quizá el presente sea uno de los ejercicios de imaginación de mayor riesgo que haya realizado como gastrónoma, pero si apelo a las palabras de Vázquez Montalbán y las asumo como una verdad, no me queda más remedio que dar el paso y jugar a expresar lo que sabe mi imaginación. 
Una vez liberada la carga por la anterior catarsis, puedo volver al ámbito gastronómico y especular que parte del protocolo sobrio y elegante del consumo de alimentos y bebidas practicadas en tiempos prehispánicos mexicanos, incluía algún tipo de servicio frente al comensal[2].
El protocolo del consumo del chocolate por los hombres de poder maya de la época prehispánica mexicana es la pieza inicial, dado que se desarrollaba a partir de la labor de las mujeres[3] que podrían haber manejado técnicas de espumado del chocolate frente a sus comensales, ya que por un lado se sabe que las mujeres que lo servían eran cortesanas o nobles, las vasijas utilizadas para dicho asunto eran de una belleza que bien podrían encajar en el escaparate del protocolo y dicha bebida contaba con el más alto aprecio en las diferentes culturas mesoamericanas, dado que era un símbolo de poder social de quienes podían consumirlo lícitamente.  
Por otro lado, dicho supuesto está basado en la imagen labrada en un vaso hecho posiblemente en el siglo VIII d.C. en el área de Nakbé (parte norte-centro de Petén), una de las dos escenas, ilustra la representación más antigua del proceso de producción de espuma del chocolate, como podrá observarse a continuación, según la descripción de nuestra fuente:
Una dama que está de pie a la derecha del [Dios Mercader y del Cacao sentado en su trono], vertiendo cuidadosamente una sustancia oscura de un vaso cilíndrico pequeño en uno más grande. Ésta es la primera imagen conocida de la preparación de una bebida de chocolate, e ilustra el proceso de verter el líquido de un recipiente a otro para producir la espuma, que era considerada la parte más deseable de la bebida por los aztecas y casi seguramente también por los mayas clásicos.[4]      

Para cobijar la suposición de nuestro tema, se consideró la obra de Sahagún, que describe en el libro IX, cap. VI, “De la ceremonia que se hacía a los mercaderes cuando llegaban a su casa, que se llama lavatorio de pies”[5], la forma específica del consumo del chocolate, que se realizaba en un tiempo y una forma concreta –como era la costumbre general de los nahuas-, dado que se les ofrecía una jícara con que se bebía dicha sustancia, una vez que había de acabar de ingerir sus alimentos sólidos –quizá a manera de digestivo- y que se lavaba cada uno de los señores manos y boca para poder degustar la bebida que expresa autoridad, ya que si la población civil sin gloria en la guerra, poder espiritual, económica y política lo consumía sin licencia les costaba la vida, lo que permitió denominar a tal falta como yollotlizli (precio de sangre y corazón).[6]
Posteriormente en el siglo XVI se crea el Códice Tudela y se reproduce al estilo europeo una ilustración en acuarela en la lám. 4 el servicio del chocolate ejecutado por una mujer de alto rango azteca –evidentemente- realizando la técnica de espumado de chocolate, de una forma similar a la anterior descripción del vaso maya del siglo VIII d.C.
La pregunta es ¿por qué si no se hicieron registro de otros detalles considerados “insignificantes” como los destinados a la labor femenina, se hicieron sobre esta escena? La respuesta quizá nunca se conozca, pero “en donde no hay nada, todo se antoja”, y es una provocación a la imaginación para suponer que se practicaba como parte del protocolo gastronómico prehispánico mexicano preparaciones frente al comensal.  
FIN

BIBLIOGRAFÍA
Coe, D., Sophie et alius Coe, D., Michel, La verdadera historia del chocolate, 2da. Reimpresión en español, Pulido Rull, Marco Antonio (Trad.), Fondo de Cultura Económica, México, 2013.
Sahagún, Fray Bernardino, Historia General de las cosas de la Nueva España, Porrúa, Colección “Sepan Cuántos…” 11rª. Edición, México, 2006.
Vázquez Montalbán, Manuel, Contra Los Gourmets, Capítulo I, España, s.e., 1985.
Citanos:
Bayardo Ramírez, Martha Gabriela, “El servicio prehispánico de preparación de alimentos y bebidas frente al comensal”, Sobre los fogones de México, Distrito Federal, 2014, < http://ungranodefrijolymaiz.blogspot.mx/>





[1] Vázquez Montalbán, Manuel, Contra Los Gourmets, Capítulo I, España, s.e., 1985, s. p.
[2] Pertenece al protocolo Ruso y consiste en utilizar una mesa auxiliare o gueridón para la preparación de alimentos y bebidas sean calientes o frías frente al comensal. Se considera el servicio más elegante de todos los protocolos gastronómicos. Este tipo de servicios exige al mesero un alto nivel de destreza del manejo de las diferentes técnicas para preparar o calentar piezas completas y realizar el montaje en los platos que deben tener un diseño atractivo.   
[3] Dichas mujeres eran conocedoras del método prolongados de preparación del chocolate.
[4] Coe, D., Sophie et alius Coe, D., Michel, La verdadera historia del chocolate, 2da. Reimpresión en español, Pulido Rull, Marco Antonio (Trad.), Fondo de Cultura Económica, México, 2013, p.p. 66-67.
[5] Sahagún, Fray Bernardino, Historia General de las cosas de la Nueva España, Porrúa, Colección “Sepan Cuántos…” 11rª. Edición, México, 2006, p. 483.
[6] Ibídem, p. 405.

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