jueves, 3 de julio de 2014

DEL CACAO AL CHOCOLATE



I PARTE: DEL CACAO MESOAMERICANO A LA BARRA DE CHOCOLATE PARA TODOS
Martha Gabriela Bayardo Ramírez

El “descubrimiento” de América tuvo repercusiones enormes en el mundo, pues los ecosistemas, el imaginario colectivo, la genética y los valores culturales se vieron transformados de manera irreversible.
En términos gastronómicos, puede observarse esta colisión en el rastro de algunos de los productos oriundos de América, como el cacao,[1] que sufrió cambios sustanciales en la forma de la rutina cotidiana y el protocolo simbólico[2] practicados en Mesoamérica, es decir, en las maneras en que se consumía el chocolate.[3]
Esa trasformación se permeó como un cambio sustancial en el comercio del cacao practicado durante el periodo prehispánico maya y azteca, un cambio que posteriormente conformaría los cimientos de un mercado variado de productos derivados del cacao.
Para la introducción de este trabajo se consideró principalmente la completa obra La verdadera historia del chocolate, de Sophie y Michel D. Coe, quienes escriben que por cacao —kakaw en maya— se debe entender a dos variedades específicas de Theobroma cacao —el nombre científico que le dio el naturalista sueco Carlos Linneo en 1753—, que son la variedad criolla y la variedad forastera.
El cacao criollo representa la menor producción de chocolate a escala mundial, pues se calcula que es menor al 20% del total, lo que se debe a que es una especie que se desarrolla en condiciones muy específicas que hacen más complicada su producción. Esta variedad era la que consumían los gobernantes, comerciantes y guerreros aztecas como chocolate de agua. Posteriormente, en los siglos XVII y XVIII esta variedad se empezó a producir en Venezuela, que llegó a ser el principal exportador de cacao a Europa.
Un factor que tuvo consecuencias negativas en la producción del cacao en México y en Guatemala fue la gran mortandad de pobladores nativos de México debidos a la conquista y al vasallaje practicado por los conquistadores.[4]
La segunda variedad del cacao, el llamado forastero, representa un amplio porcentaje de la producción mundial en la actualidad, pues es el que prefieren los plantadores y procesadores de cacao. En el siglo XVII esa variedad, que al paecer es originaria de los bosques de Guayaquil, fue llamada el “cacao de los pobres”. En ese siglo la producción del cacao forastero ocupó el mayor porcentaje de consumo en el mercado mexicano.
Las dos variedades de cacao pueden crear híbridos, los primeros se lograron en la isla de Trinidad en el siglo XVIII, dando origen a la cepa “trinitario”.
Por otro lado, es loable realizar el siguiente cuestionamiento ¿A quiénes se les atribuye la preparación del chocolate, que alcanza niveles muy sofisticados en el ámbito gastronómico? Algunas referencias señalan que el consumo del cacao en forma de bebida se debe a la cultura olmeca, que dejó como legado una gran diversidad de ramificaciones culturales. También hay autores que afirman que el origen del chocolate se lo atribuyan a las poblaciones de “Oaxaca, la actual San Cristóbal de las Casas y Guatemala”.[5] Pero lo que sí se puede afirmar es que el incipiente consumo del chocolate alcanzaría protocolos determinantes en los usos y costumbres de los mesoamericanos prehispánicos.
Para los mayas esta bebida era un símbolo de la sangre humana[6] y por esa razón adquiría el estatus de “alimento de los dioses”, como quedó plasmado en fragmentos de la traducción del Códice Dresde y del Códice Madrid, que aunque no nos permiten saber mayormente sobre los usos y costumbres del consumo en términos culinarios[7] sí nos deja determinar algunos componentes de su preparación, como el uso de especias que fungían como saborizantes.[8]
Esos sazonadores de la bebida eran productos derivados del árbol Clerodendrum ligustrinum, de la familia de la chirimoya, según la confirmación de la traducción realizada por Stephen Houston y David Stuart[9] sobre la pieza arqueológicas maya llamada SEP.[10]
Evidentemente, la producción y el comercio del cacao fueron sustanciales para los diferentes pueblos mayas en tiempos prehispánicos y aún en la actualidad, un ejemplo de esto es la invención de Green and Black sobre su marca de chocolate maya kekchíes Maya Gold[11] “que cuidar el medio ambiente, el apoyo a las técnicas de la agricultura ecológica y la búsqueda de ingredientes de comercio.”[12]

Continúa en https://ungranodefrijolymaiz.blogspot.com/2014/07/

FUENTES
Bibliografía
D. Coe, Sophie y Michael D. Coe, La verdadera historia del chocolate, trad. Marco Antonio Pulido Rull, México: Fondo de Cultura Económica, 1999.
Long, Janet (Coord.), Conquista y comida, consecuencias del encuentro de dos mundos, Universidad Autónoma de México, México, 2003.
Electrónica
Maya Gold, en <http://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=es&prev=/search%3Fq%3Dgreen%2Band%2Bblack%2Bchocolate%2Bmaya%2Bgold%26biw%3D1280%26bih%3D577&rurl=translate.google.com.mx&sl=en&u=http://www.greenandblacks.co.uk/our-range/Bars/Maya-Gold%3Fp%3D2673%26c1%3D1559&usg=ALkJrhhdVsSt2rrn1OlTB4QUiBJKOSFmrg#first>, (23-01-2014).
Citanos:
Bayardo Ramírez, Martha Gabriela, “Del cacao mesoamericano a la barra de chocolate para todos”, I Parte, Sobre los fogones de México, Distrito Federal, 2014, < http://ungranodefrijolymaiz.blogspot.mx/>


[1] Coe, D., Sophie et alius Coe, D., Michel, La verdadera historia del chocolate, 2da. Reimpresión en español, Pulido Rull, Marco Antonio (Trad.), Fondo de Cultura Económica, México,  2013, p. 35-240.
[2] Simbólico tanto para el ámbito religioso, político, económico y miliar, por lo menos del pueblo azteca que creo formas específicas para quien lo consumiría y cómo sería consumido, como podrá observarse posteriormente. 
[3] El origen del chocolate (cacao procesado) se encuentra entre los olmecas unos tres mil años.
[4] Según diferentes fuentes, la población indígena mexicana coincide en que se redujo a un 10% de la población. Los factores pueden parecer diversos pero tienen una principal intención generada por motivos de interés económico la explotación que se deriva en la baja calidad de vida de dicha población.
[5] González de la Vera, Martín, “Orígenes y Virtudes del chocolate”, en Long, Janet (Coord.), Conquista y comida, consecuencias del encuentro de dos mundos, Universidad Autónoma de México, México, 2003, p. 298.
[6] Según  las fuentes de Coe, D., Sophie et alius Coe, D., op, cit., p. 59.
[7] A diferencia de la información que se tiene al respecto de la cultura culinaria azteca, que podrá observarse más adelante.
[8] El chocolate se consumía con agua caliente y se mezclaba con otros ingredientes, que pudieron haber variado el nombre de la bebida.
[9] Coe, D., Sophie et alius Coe, D., op, cit., p.p. 64-68.
[10] Según Houston y Stuart en la misma pieza existe un vocablo que pudiera tener referencia con otro tipo de ingredientes pero no han sido identificados con certeza según nuestra fuente. Ídem.
[11] Afortunadamente existen organizaciones extranjeras que nos hacen algunas de la tarea a los mexicanos al respecto, dada la frialdad e indiferencia con la que hemos tratado al campo en general, desafortunadamente a los mexicanos no nos “alcanzan” los recursos, el corazón y la conciencia para apropiarnos de nuestro legado y preservarlo. Otra asignatura pendiente más por abordar.   
[12] Maya Gold, en <http://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=es&prev=/search%3Fq%3Dgreen%2Band%2Bblack%2Bchocolate%2Bmaya%2Bgold%26biw%3D1280%26bih%3D577&rurl=translate.google.com.mx&sl=en&u=http://www.greenandblacks.co.uk/our-range/Bars/Maya-Gold%3Fp%3D2673%26c1%3D1559&usg=ALkJrhhdVsSt2rrn1OlTB4QUiBJKOSFmrg#first>.

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